Ver un folleto de 1959 del analgésico Midol
que recomendaba las duchas. Ver una antigua jeringa
para ducha de los E.U. y leer lo que una mujer otrora famosa en el tema
de la "higiene femenina" escribió sobre las duchas. Y ver
un aún más antiguo juego para ducha de los E.U., Mon Docteur (Mi Doctor en francés) con instrucciones,
de alrededor de 1929.
Ver también un aviso publicitario australiano
sobre duchas (ca. 1900) Polvo para duchas Fresca
(E.U.A.) (fecha ¿?) Aviso del líquido para duchas Kotique, 1974 (E.U.A.) Aviso de lavado genital
Liasan (1), de la década de 1980 (Alemania)
- Aviso de lavado genital Liasan (2), de la década
de 1980 (Alemania) - Aviso del líquido para duchas Lysol,
1928 (E.U.A.) - Aviso del líquido para duchas Lysol,
1948 (E.U.A.) - Aviso del líquido para duchas Marvel,
1928 (E.U.A.) Aviso del analgésico menstrual Midol,
1938 (E.U.A.) - Folleto de Midol (selecciones),
1959 (E.U.A.) Aviso de la crema desodorante Mum,
1926 (E.U.A.) - Aviso del analgésico menstrual Myzone,
1952 (Australia) Aviso del spray genital Pristeen,
1969 (E.U.A.) Tabletas analgésicas Spalt,
1936 (Alemania) Aviso del líquido para duchas Sterizol,
1926 (E.U.A.) Aviso del spray genital Vionell,
1970, con Cheryl Tiegs (Alemania) Aviso del líquido para duchas
Zonite, 1928 (E.U.A.)
La página del olor.
See how a woman wore a belt in a Dutch ad.
See a classy 1920s ad for a belt and the first
ad (1891) MUM has for a belt.
See how women wore a belt (and in a Swedish
ad). See a modern belt
for a washable pad and a page from the 1946-47 Sears catalog showing a great variety.
More ads for napkin belts: Sears,
1928 - modern belts - modern washable
- Modess, 1960s
Actual belts in the
museum
And, of course, the first Tampax AND - special
for you! - the American fax tampon,
from the early 1930s, which also came in bags.
See a Modess True or False? ad in The American
Girl magazine, January 1947, and actress Carol Lynley
in "How Shall I Tell My Daughter" booklet ad (1955) - Modess . . . . because ads (many dates).
|
THE MUSEUM OF MENSTRUATION AND WOMEN'S HEALTH
Olor
Traducido por María García
©2005 María García
(www.maria-garcia.com.ar)
Entre las muchas cosas que a las mujeres se les pide que se preocupen,
el olor que emana de sus genitales es una de
las más solicitadas. Los avisos publicitarios en las revistas norteamericanas
desde al menos 1920 han sugerido, en enormes anuncios
que dan miedo, que una vulva sin higienizar y una
vagina sin lavar pueden acabar con un matrimonio, incluso con el de aquella
mujer que cocina deliciosos platillos sin hacer esperar a su marido, tiene
la casa limpia y ordenada, y sus hijos son mejores que los del vecino.
Y entonces viene la menstruación.
Sin lugar a dudas, estas palabras de Simone de Beauvoir en "El segundo sexo" son una gran pero horrible
verdad para la mayoría de las mujeres:
La sangre menstrual . . . representa la esencia
de la femineidad.
Tener algo que a la mayoría de las mujeres al menos desagrada,
y en ocasiones hasta odian -leer varios comentarios
sobre esto- representado por sus sexos, ciertamente las ha puesto en su
lugar casi en todo el mundo. Los hombres se han pavoneado de aquí
para allá vistiendo sus ornamentados taparrabos hace 400 a 500 atrás
en Europa, enarbolando sus penes en lo alto, ¿pero cuándo
las mujeres han hecho manar sus harapos menstruales? (En realidad, algunas
europeas parecen haber dejado fluir su sangre menstrual sin colocarse ningún
material absorbente, al menos en Inglaterra, y sospecho que en algún
otro lugar. (Leer sobre esto)
Rachel Sobel, una estudiante de Harvard, en este momento [julio de
1998] investigando en MUM sobre la industria de los tampones para su tesis,
mencionó que alguna vez el olor menstrual fue considerado seductor
en el plagado de referencias sobre olores siglo dieciocho.
La publicidad mortifica a las norteamericanas para que no despidan
ningún tipo de olor por medio de la compra de antitranspirantes,
toallas higiénicas con bicarbonato de sodio, tampones con desodorante,
etc.
Pero después de leer "Lo fétido y lo fragante: olores
y la inventiva social francesa" de Alain Corbin (Cambridge, Mass.:
Harvard University Press, 1986) encontramos que:
En la Francia del siglo dieciocho, se creía
que la menstruación estaba "impregnada con sutiles vapores
transmitidos por la esencia de la vida" Estos eran particularmente
atractivos, ya que una mujer estaba "dispersando efluvios seductores"
y "realizando un llamado para la fertilización." Por esto,
las sociedades han celebrado el seductor aroma de la menstruación
en vez de sofocarlo.
Y el Dr. Richard Lambert, en "Verdades sexuales para mujeres"
dice que la sangre menstrual huele como la caléndula, una flor
- una relación adicional entre menstruación y flores (otra
es la publicidad que compara la copa menstrual Tassette con un tulipán).
Conque, ¿qué es lo que causa el
característico olor de la menstruación?
Esto no les va a gustar.
Unas bacterias provenientes del ano bueno, yo lo digo: provienen
de las heces, y son las famosas bacterias Escherichia coli (E. coli)- se
almuerzan la sangre, las células y el tejido que se escurren del
útero y la vagina y producen el característico olor de la
menstruación.
Lo siento.
¿Dicen que no tienen bacterias fecales en la vagina? Ah, ah,
ah, ¡SÍ que tienen! La base del ano de las mujeres mide alrededor
de una pulgada (2,54 centímetros) desde la entrada hasta la vagina
y para cualquier bacteria es una cosa de nada arrastrarse esa minúscula
distancia o subirse a un tampón, taza menstrual, toalla higiénica
o dentro de las prendas íntimas(imagínense si fuera una tanga)
o incluso terminar ahí mismo gracias al roce de un pedazo de papel
higiénico (una buena razón para higienizar el ano hacia atrás,
no hacia la parte delantera del cuerpo, para minimizar el número
de las bacterias viajeras).
Ahora bien, la mayor parte del mes el ácido de la vagina así
es, bacterias benéficas producen ahí ácido láctico-
atan de pies y manos a esos pequeños demonios y les impiden reproducirse
y crecer. Estas y muchas otras bacterias patógenas no pueden prosperar
en el ácido.
Pero por unos pocos días al mes la vagina, y el exterior, la
vulva, ¡se convierten en el lugar perfecto para criar una familia!
Adivinaron: ¡durante la menstruación! La sangre, el tejido
y las secreciones del útero y la vagina tornan a la vagina más
alcalina y las bacterias se sienten como en su casa. ¡Ay chicas!
¡Y se empachan con exquisiteces a toda hora del día!
¿Pero qué hay con las féminas que no menstrúan,
como las impúberes y las mujeres luego de la menopausia? La bacteria
fecal puede vivir en sus vaginas sin producir el característico
olor porque los parámetros bacterianos y hormonales son diferentes
de los de la mujer que menstrúa.
Todo bien, ¿si hay tantas bacterias en la vagina durante la
menstruación es seguro tener sexo?
Si por sexo se entiende un pene haciendo su trabajo, y si ninguna de
las dos personas tiene alguna enfermedad infecciosa, por ejemplo VIH y
hepatitis, entonces en general no hay peligro. Pero existe una enorme excepción:
las mujeres que contraen infecciones del tracto urinario. El ingreso hacia
la vejiga está justo debajo de la entrada de la vagina y el pene
puede rozar las pululantes bacterias justo hacia el conducto que lleva
a la vejiga, el que es mucho más corto que el de un hombre, una
de las razones de por qué las mujeres presentan ITUs con más
frecuencia que los hombres.
Las duchas vaginales y los desodorantes también pueden alterar
el medio vaginal y permitir que en el lugar crezcan peligrosas bacterias.
(Leer algo contra las duchas vaginales)
El libro del Dr. Philip Tierno hijo, miembro del consejo de MUM, "La
vida secreta de los gérmenes" me proveyó de la mayor
parte de la data para mi ensayo, aunque su estilo es más comedido.
De nuevo, algo relacionado con el asunto, Sally
Price, la Profesora Dittman de Estudios Norteamericanos en la Facultad
de Willian and Mary, envió a este museo
su ensayo titulado "La bendición de la maldición,"
(de Frontiers: A journal of women studies, volume XIV, Nº2) el
cual pone en tela de juicio la extendida idea que las chozas menstruales
proveían alivio de las restricciones masculinas e incluso hasta la
oportunidad de "divertirse" un poco por ese lado, si entienden
lo que quiero decir.
La profesora Price, quien pasó muchos períodos menstruales
en chozas menstruales en Surinam, sintió el aislamiento y la incomodidad
que las mujeres han experimentado por cientos -¿miles?- de años
en situaciones similares. (Ver una choza menstrual
Hawaiana)
A propósito, en "Co-esposas y calabazas"
(second edition 1993, University of Michigan, available at $16.95) ella nos cuenta que haber usado las chozas sexuales, como
lo requerían los indígenas con los cuales convivió,
la hizo mucho más entrañable para con la gente que estaba
estudiando y con la que estaba viviendo que incluso aprender su lenguaje.
Los tabúes son poderosos.
Tratamientos científicos del olor y la
menstruación
(Ver también el artículo que hizo
historia de Martha McClintock en la revista Nature en 1971, "Sincronía menstrual y suspensión".
La profesora McClintock, ahora en la Universidad de Chicago, expuso en la
conferencia de la Sociedad para la Investigación del Ciclo Menstrual
en junio de 1997; ver mi informe y una foto de
ella)
Chequear también http://pheromones.com
si buscan un sitio web que venda un libro sobre feromonas.
Ciclos menstruales
y olores, abajo, por Anne Kitchell, está extraído
de internet, y abarca muchos temas.
Mis disculpas por reproducir acá abajo este ítem, en
vez de hacer que visiten el sitio, pero es que temía que la página
pudiera dejar de estar en línea en algún momento, y es demasiado
valiosa como para que se pierda. De todas maneras pueden visitarla pulsando
sobre el título.
¿Qué papel juegan los olores en
el ciclo menstrual humano?
¿Funcionan los olores menstruales humanos
como atrayentes?
Perfume con fragancia de sangre.
[Omití los primeros dos párrafos, excepto por las líneas
de abajo; pueden leerlos en el original pulsando sobre Ciclos
menstruales y olores]
...Parece ser que es difícil de encontrar documentación
científica que sostenga una habladuría tan anecdótica
y de predisposición tan sexista [que los animales se sienten atraídos
por el olor menstrual, etc.]; en realidad es más probable que uno
se tropiece con estudios que concluyan justo lo opuesto.
NolOSOporto . . .
El citado estudio fue publicado en la Revista para el Manejo de la Vida
Salvaje en 1991 en respuesta a ciertas inquietudes concernientes a la atracción que sienten los osos negros por los olores
menstruales [Finley agregó el rojo] y los ataques subsecuentes
a excursionistas del sexo femenino. La muerte de dos mujeres que al momento
estaban teniendo su menstruación provocada por el ataque de osos
pardos en el Parque Nacional Glaciar en 1967, aparentemente impulsó
al gobierno a imprimir folletos advirtiendo a las mujeres de evitar los
osos de la región durante el período de menstruación
activa. Sin embargo, el examen de los factores en torno a los ataques de
cientos de osos pardos y negros no produjo ni evidencia que confirmara una
relación casual entre menstruación humana y ataques ni dio
a conocer ningún registro que tuviera que ver con la respuesta de
los osos negros a la sangre menstrual. El Servicio Forestal de los Estados
Unidos llevó a cabo una serie de experimentos (Rogers et al., 1991)
en los cuales ponía a prueba la respuesta de los osos negros, tanto
machos como hembras, a los olores menstruales humanos.
El primer experimento se trataba de la presentación, vía
un carretel de pesca con su línea, de 15 tampones usados (en grupos
de 5) a osos negros machos adultos mientras saqueaban en un basurero. Cada
presentación, por ende, dio a los osos la oportunidad de elegir entre
la basura y los tampones. Si los osos comían (como hacían
con la basura), olfateaban ligeramente o hacían rodar los tampones,
entonces se consideraba que habían prestado atención a los
tampones. De 22 presentaciones los osos ignoraron los tampones 20 veces
(en dos ocasiones se observaron olfateos casuales), efectivamente prefiriendo
la basura en cada caso.
En un segundo experimento, a siete osos que se alimentaban de unas pilas
de maíz se les ofrecieron grupos de seis tampones usados. Seis de
los osos olfatearon los tampones y luego regresaron a sus pilas de maíz.
Un macho de un año probó uno de los tampones, lo dejó
rápidamente y volvió al maíz.
En un tercer experimento fueron ubicados cuatro tampones usados, un
tampón sin uso, un tampón empapado en sangre humana no menstrual
y un tampón que tenía grasa de vaca derretida en la mitad
de un sendero muy transitado por los osos. Los tampones usados se habían
entremezclado con los demás. Diez osos de diez se comieron sólo
los tampones empapados en la grasa de vaca.
En un cuarto experimento, mujeres en diferentes días de sus períodos
acompañaron y tuvieron contacto con osos que estaban acostumbrados
a la interacción con humanos y se sabía les gustaba investigar
olores atrayentes. También se realizaron once encuentros que involucraron
a mujeres usando tampones y una desquiciada mujer que estaba vestida con
ropa a través de la cual su sangre menstrual chorreaba. Los diez
osos no prestaron ninguna atención a los torsos inferiores de las
mujeres en los doce encuentros. Otra mujer que usaba toallitas externas
durante dos de sus ciclos menstruales dio de comer de su mano a cuatro osos
hembra y caminó a dos metros de distancia de osos macho adultos durante
la época de celo de los osos sin recibir ningún tipo de atención
de su parte. Rogers et al. (1991) sacaron como conclusión que la
falta de interés de los osos por los olores menstruales no prueba
que tales olores no sean nunca atractivos para los osos (experimentos
similares terminaron en un festín de tampones a falta de menúes
más atractivos) [Finley agregó el rojo]; no obstante,
los olores menstruales fueron esencialmente ignorados.
Bibliografía:
Rogers, L.L., G.A. Wilker, and S.S. Scott. 1991. Reactions of black
bears to human menstrual odors. J. Wildl. Manage. 55(4):632-634.
También:
Cushing, B. 1983. Responses of polar bears to human menstrual odors.
Int. Conf. Bear Res. and Manage. 5:270-274.
Herrero, S. 1974. Conflicts between man and grizzly bears in the national
parks of North America. Int. Conf. Bear Res. and Manage. 3:121-145.
------.1985. Bear attacks. Nick Lyons Books, New York, N.Y. 287 pp.
El olfato sexual de Darwin [Los olores vaginales cambian a lo largo
del ciclo menstrual y varía el interés que aquéllos
despiertan en los hombres]
Los ataques de osos, entre otras reacciones más indeseables al
perfume menstrual de una mujer, no parecen ser consecuencias frecuentes
con relación a las influencias olfatorias que tienen que ver con
la menstruación humana. Muchas publicaciones científicas insinúan
que los machos humanos, por otro lado, responden a las fragancias cíclicas
vaginales. Doty et al. (1975) han descripto un estudio que concluía
que "los olores de las secreciones vaginales humanas varían
tanto en intensidad como en sensación de gratificación a lo
largo de las etapas del ciclo menstrual". Se les pidió a los
hombres que calificaran ambas cualidades de los olores provenientes de tampones
usados en las diversas fases del ciclo menstrual. Se encontró que
aunque hubiera una variación considerable a lo largo de los ciclos
de la misma donante, los hombres sostuvieron que las
secreciones de las etapas preovulatoria y ovulatoria eran menos intensas
y más agradables que durante las otras fases. [Finley agregó
el rojo]. No fueron recopilados los datos suficientes que proveyeran
pruebas sustanciales a la idea que los olores de ciertas etapas menstruales
fueran "atractivos" para los hombres, y debido a la heterogeneidad
de los resultados es "improbable que los humanos puedan confiar en
los olores vaginales para determinar el momento de la ovulación."
"Improbable" no quiere decir imposible, y el salto lógico
a realizar (antes o después) con estudios como el mencionado con
anterioridad es intentar llenar el vacío de cierto hueco evolutivo
entre el hombre y el simio, proveyendo una explicación razonable
en cuanto a la relevancia de las señales menstruales que conciernen
al olfato en la transmisión de rituales de cortejo y la determinación
de comportamientos periódicos de apareamiento en el hombre primitivo.
En la edición de diciembre de 1974 de "Ciencia", científicos
de la Universidad de Medicina de Emory publicaron que el gas cromatográfico
era determinante en el contenido de ácido graso volátil de
un total de 682 muestras vaginales humanas. Observaron que el contenido
de ácido graso aumentaba sobre el final de la fase folicular del
ciclo menstrual y decaía progresivamente sobre el final de la fase
luteica. Los mismos ácidos alifáticos volátiles encontrados
en las muestras humanas (por ej. acético, propano, metilpropano,
butano, metilbutano y metilpentano) han sido encontrados con ubicuidad en
las secreciones vaginales de varias especies de primates como el macaco
de la India, el babuino de Anubis, el mono de Patas, el macaco Cola de Cerdo,
el macaco cangrejero y el mono ardilla. A pesar de que existe escasa información
disponible sobre la importancia de estos compuestos en humanos, Michael
et al. (1974) afirman que "las mismas sustancias poseen propiedades
atractivas sexualmente hablando en otros primates." De modo interesante,
se advirtió que hubo reacciones similares de atracción cuando
secreciones vaginales humanas fueron expuestas al macaco de la India, y
también que las mujeres que estaban tomando anticonceptivos orales
tenían cantidades menores de ácidos y no mostraron cambios
rítmicos durante su ciclo. Hay evidencia que sugiere que en el caso
del macaco de la India, otros olores, compuestos no alifáticos presentes
en secreciones vaginales, sirven como claras señales que perciben
los machos durante la fase preovulatoria del ciclo menstrual (Goldfoot,
1981).
¿Podríamos afirmar que alguna vez el hombre en su desarrollo
primitivo usaba los aromas, como lo hacen hoy los primates, como un importante
medio de comunicación reproductivo? Aceptar esta proposición
implica asimismo que en algún lugar a lo largo de la cadena evolutiva
del hombre, las señales menstruales de olor se volvieron obsoletas
[¿?] La subsecuente debilitación de la atracción consciente
de los humanos hacia los olores vaginales vino a parar en la degeneración
del sentido del olfato que los humanos experimentamos en la actualidad.
Por supuesto, ya sea que uno intente realizar el salto que conecte el lenguaje
olfatorio de los primates con la misma habilidad intrínseca del hombre
primitivo para detectar las calenturas de nuestra pariente de Cro-Magnon
o no, se debe reconocer que no existen documentos científicos de
apoyo con menor correlación.
Bibliografía:
Doty, R.L., M. Ford, G. Preti and G.R. Huggins. 1975. Changes in the
intensity and pleasantness of human vaginal odors during the menstrual cycle.
Science 190: 1316- 1317.
Goldfoot, D.A. 1981. Olfaction, sexual behavior, and the pheromone hypothesis
in rhesus monkeys: A critique. Am. Zool. 21(1): 153-164.
Michael, R.P., R.W. Bonsall, and P. Warner. 1974. Human vaginal secretions:
Volatile fatty acid content. Science 186: 1217-1219.
También:
Bieber, I. 1959. Am. J. Psychother. 13: 851.
Michael, R.P. 1972. Acta. Endocrinol. Suppl. 166: 322.
Michael, R.P., E.B. Keverne, and R.W. Bonsall, 1971. Science 172: 964.
Rogers, J. and G. Beauchamp, in Mammalian Olfaction, Reproductive Processes
and Behavior, R.L. Doty, Ed. (Academic Press, New York, 1974).
Sincronizando apestando [el título no
es del director de MUM, sino de Anne Kitchell]
El período menstrual no sólo produce olores, que se cree
sirvan como señales atractivas, sino que también reacciona
a los olores exteriores. A veces uno escucha que mujeres que viven juntas
se encuentran con que el inicio de sus menstruaciones se ha sincronizado.
En un artículo publicado por Russell et al. (1980) se enunció
que " la sincronía menstrual no se debe a los cambios en la
alimentación, al conocimiento del ritmo menstrual ni a las fases
de la luna, y se sugiere que los únicos factores significativos parecen
ser la cantidad de tiempo de convivencia y la duración de los ciclos."
Esta gente llevó a cabo un atrevido experimento con la intención
de demostrar si las señales de olor de una mujer muy regular podrían
influenciar el ritmo del inicio de la menstruación en otras mujeres.
Once mujeres con una edad promedio de 28 años y medio, ninguna
de las cuales era lesbiana o estaba tomando anticonceptivos orales, se ofrecieron
como voluntarias para que se colocara un "olor" en su labio superior
tres veces a la semana durante cuatro meses. El olor fue extraído
de la axila de una donante femenina con una historia de menstruación
muy regular. Durante el período en que se recogió la muestra
la donante no usó desodorante de axila ni jabón perfumado,
tampoco se le permitió lavarse en la región. La recolección
del olor significaba tener a la donante con almohadillas de algodón
bajo sus brazos las 24 horas. A las voluntarias se les frotaba el algodón
sobre sus labios superiores y se les pedía que no se lavaran la cara
por seis horas. El grupo de control recibió el mismo tratamiento,
con la excepción que no se les colocó el olor. El grupo de
prueba y el grupo de control no sabían a qué grupo pertenecían.
Los resultados estadísticos indicaron con un margen de error
de 0,01 que los olores de una mujer pueden influenciar el ciclo menstrual
de otra. La diferencia media en días entre el inicio de la menstruación
del grupo de prueba y la donante al inicio del experimento fue de 9,2 días.
Este promedio disminuyó a 3,4 días hacia el final del experimento,
con cuatro de las cinco voluntarias habiendo sincronizado con sólo
hasta un día de diferencia con respecto a la donante. El grupo de
control promedió 8 días de diferencia con respecto a la donante
en el mes de pre-tratamiento y 9,2 días en el mes de post-tratamiento.
Fue observada la posibilidad que "el mecanismo de transferencia
[del olor] no tuviera nada que ver con la nariz, sino que cuando la muestra
era colocada en el labio superior del sujeto la difusión de compuestos
químicos pudiera haber ocurrido a través de la piel."
Si los compuestos ubicados por debajo de la nariz fueran volátiles
y el sujeto no fuera consciente de su presencia, ¿entonces se podría
realmente hablar de "olor" de todas maneras?
Las influencias atinentes al olfato en el ciclo menstrual de los macacos
cangrejeros (Macaca fascicularis) han sido estudiadas en forma paralela
a los experimentos de sincronización humanos. Wallis et al. (1986)
pusieron doce monos hembra en jaulas adyacentes a la distancia suficiente
como para que pudieran eventualmente tener contacto físico. Sólo
una de las hembras tenía una historia de menstruación regular.
Se dispuso también un grupo de control con la diferencia que las
jaulas estaban situadas de modo que el contacto físico no fuera posible.
En el transcurso de una investigación de seis meses, los sujetos
experimentales con flujo irregular tendieron a normalizarse, a pesar de
que no se observó la sincronización como tendencia. En el
grupo de control, los sujetos irregulares continuaron experimentando ciclos
anormalmente largos. Los autores indicaron que "el contacto físico
cercano podría servir para transmitir elementos químicos y/u
hormonales que resultarían en la normal ización del ciclo
menstrual de los macacos cangrejeros."
Bibliografía:
Russell, M.J., G.M. Switz, and K. Thompson. 1980. Olfactory influences
on the human menstrual cycle. Pharmacol, Biochem., & Behav. 13: 737-738.
Wallis, J. 1986. The effect of female proximity and social interaction
on the menstrual cycle of crab-eating monkeys (Macaca fascicularis). Primates
27(1): 83-94.
Doty, R.L. 1981. Olfactory communication in humans. Chem. Senses 6(4):
351-376.
Nueva evidencia muestra que las feromonas influyen
sobre el ciclo menstrual (marzo de 1998)
Los primeros científicos que publicaron la observación
que las mujeres al vivir juntas a veces menstrúan al mismo tiempo
finalmente nos han dicho por qué.
Martha McClintock, profesora en la Universidad de Chicago, escribió
en la Revista Británica Nature
[392,177 (1998)], quienes también publicaron sus descubrimientos
iniciales hace 27 años ("Sincronía
menstrual y suspensión" Nature 229:244-245, 1971), que ciertas señales químicas inodoras despedidas
por las mujeres -feromonas- pueden modificar los ciclos menstruales de otras
mujeres. (Ver una exposición de un experimento similar más
arriba en esta página.) Y también la
foto que le saqué en una conferencia de la Sociedad para la Investigación
del Ciclo Menstrual en junio de 1997.
Los autores (McClintock y K. Stern) lo resumen
en la revista:
Ellos descubrieron que los compuestos químicos provenientes
de las axilas de las mujeres en la última parte de la fase folicular
de sus ciclos menstruales aceleraban la presencia preovulatoria de la hormona
luteinizante en las mujeres receptoras y acortaban sus ciclos menstruales.
Los compuestos de la axila provenientes de las mismas donantes que fueron
recolectados en un momento posterior del ciclo menstrual (durante la ovulación)
tenían el efecto contrario: demoraban la presencia de la hormona
luteinizante de las receptoras y alargaban sus ciclos menstruales. Al mostrar
en un experimento absolutamente controlado que el ritmo de la ovulación
puede ser manipulado, este estudio ha provisto de evidencia definitiva
de las feromonas humanas.
Ellos lo consideran una prueba definitiva de la existencia de las feromonas
humanas. Sería interesante averiguar qué órgano se
entiende con estas feromonas.
¿Se sienten los tiburones atraídos
por la sangre menstrual?
El próximo ítem lo saqué de una página de
internet. Es del Doctor en Medicina Samuel Shelanski y se llama "Buceo y menstruación"
(copyright 1994-1996 Rodale Press). Hay mucho más material en esa
página que vale la pena leer, incluyendo potenciales problemas de
salud a causa del buceo durante la menstruación.
En el curso de sus períodos, la mayoría de las mujeres
pierde entre 50 a 150 ml. (un cuarto a tres cuartos de taza) de sangre y
tejido. Mientras que este monto no es significativo a escala fisiológica,
muchas mujeres temen que esta descarga pueda atraer a los tiburones. Los
hechos demuestran que las mujeres que practican buceo son atacadas con menor
frecuencia que los hombres. En su libro "Buceo y medicina subacuática",
el Dr. Carl Edmonds sugiere que esto es así en parte debido al efecto
repelente que tienen ciertos compuestos de la sangre menstrual. Mientras
que esto no ha sido comprobado fehacientemente, es justo decir que el peligro
de ataque de tiburones durante el buceo mientras se tiene el período
menstrual es sustancialmente menor que el que resulta de otras actividades,
como la pesca con arpón.
©2005 Traducido por María García
(www.maria-garcia.com.ar)
See a 1959 Midol pain-pill booklet recommending douching
See an older American douche syringe and read
what a woman once famous in "feminine hygiene" wrote about douching.
And see a still older American douche set, Mon
Docteur (My Doctor in French) with instructions, from about 1929.
|
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See also Australian
douche ad (ca. 1900) - Fresca douche powder (U.S.A.)
(date ?) - Kotique douche liquid ad, 1974 (U.S.A.)
- Liasan (1) genital wash ad, 1980s (Germany)
- Liasan (2) genital wash ad, 1980s (Germany)
- Lysol douche liquid ad, 1928 (U.S.A.) - Lysol douche liquid ad, 1948 (U.S.A.) - Marvel
douche liquid ad, 1928 (U.S.A.) - Midol menstrual
pain pill ad, 1938 (U.S.A.) - Midol booklet (selections),
1959 (U.S.A.) - Mum deodorant cream ad, 1926 (U.S.A.)
- Pristeen genital spray ad, 1969 (U.S.A.) -
Spalt pain tablets, 1936 (Germany) - Sterizol douche liquid ad, 1926 (U.S.A.) - Vionell
genital spray ad, 1970, with Cheryl Tiegs (Germany) - Zonite
douche liquid ad, 1928 (U.S.A.)
The Perils of Vaginal Douching (essay by Luci
Capo Rome) - the odor page
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